martes, 22 de octubre de 2019

Entrevista en Revista Cima NOA - Argentina

          FlorenciaMallagray


"Mujer, abogada, periodista, tenaz investigadora, defensora y difusora de los derechos de las mujeres. 
Un camino de lucha por el parto respetado".
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Por Silvia Morales. Fotos de Oliver Wright.
Revista Cima NOA Septiembre 2019

Flor nació en San Salvador de Jujuy, sus padres:
Enrique, abogado y Estela contadora, también adepta a trabajar mucho en lo social. Ella es la mayor de tres hermanos de papá y mamá, y por parte de papá tiene dos hermanos más.

A la primaria fue a un colegio de mujeres, en la secundaria ingresó y terminó en el Nacional 1 “El cambio fue fuerte pero muy interesante, fue uno más, que pasó a la lista de todos los cambios propios de esa etapa entre la pubertad y la adolescencia. Una etapa importante, una escuela que aportó mucho, desde todo punto de vista, y de alguna manera fui definiendo hacia dónde apuntaría mis estudios. Recuerdo que el profe de Literatura me dijo: ‘a estudiarperiodismo, no abogacía como tu padre’... ¿Qué hice? ¡Estudiéabogacía!”, (risas).“Al término de esa etapa fui a Tucumán e hice la carrera de Abogacía me recibí en 5 años. 

Superada esta etapa ya empecé a tomar decisiones, hacía mucho que estaba de novia, noscasamos y nos fuimos a Buenos Aire. Él hizo una especialidad allá y yo estudié Periodismo, Teatro. Trabajé en comerciales, y comprobé lo que suponía, todas las puertas de las oficinas donde atiende Dios se abrieron”.

“Yo venía de Jujuy, donde tenía, prácticamente, un montón de cosas solucionadas: una casita, un estudio... Una vida ordenada según los mandatos... Me faltaba un perro, un hijo y listo! hubiese constituido aquello instalado como modelo. Sin embargo, en Buenos Aires era una experiencia nueva cada día, fue un lugar para buscar y encontrar, abrirnos paso. Inclusive, allí se despertó en mí la necesidad de investigar qué nos ocurre a las mujeres con el ciclo menstrual”.

“En realidad el disparador fue la expresión de un productor con quien trabajaba en periodismo. Él dijo: ʼ¿Qué les pasa a las minas cuando están menstruando, que se vuelven locas?, ¿Es algo ancestral?ʼ. Yo me dediqué a entrevistar mujeres, sin un rango etario definido, de pronto una mujer de 60, otra de 15, una de 20 años, y así sucesivamente, todas contando sus experiencias, sus menarcas, y cada vez me fue atrapando más y más el tema. De hecho es algo que no dejo de hacer hasta hoy, llevo 12 años acompañando a mujeres en su gestación, a dar a luz, en las menarcas, en la menopausia”.

“La menopausia en la mujer es la llegada gloriosa a la etapa de sabiduría. Todo eso me permitió comprender todo lo que había en Jujuy y que yo, por ignorancia, lo había desestimado. Ahí sentí la imperiosa necesidad de volver, para conectar con todo lo ancestral de éste, mi lugar”.“Si bien a nivel familiar no tenía un registro de los rituales practicados por los pueblos originarios, sencillamente porque mi árbol genealógico estaba constituido por inmigrantes, entendí, entonces, que si mi interés pasaba por la cultura ancestral y sus prácticas debía profundizar y seguir investigando”.

“A partir de todo esto comprendí que durante muchos años las parteras de la Puna fueron perseguidas, en su momento, para impulsar a las mujeres a que acudieran a los hospitales a recibir atención en sus partos”.

“No se trata de que esté mal, pero sí que es muy importante el hecho de que se respete cómo quiere parir una mujer ¿por qué la asistencia debe ser impuesta? En esta etapa es donde se une la abogacía, con la comunicación, con la sabiduría del cuerpo de las mujeres. Empecé a profundizar en cómo es parir cuando no hay nadie interviniendo... Eso me dio pie para hacer una investigación documental: Parteras del norte. Hay un tráiler que expone el trabajo de la mujer en el parto, la crianza siendo pastoras, viviendo en el medio de la naturaleza. 

Me enteré de la Ley de parto respetado y me aferré a ella, la 25.929 Ley de derechos de padres e hijos durante el proceso del nacimiento, es nacional. Me ocupé de difundirla, de promover capacitaciones para médicos. Además de la ley que tipifica la violencia obstétrica, Ley 25.485 de protección integral de las mujeres. Puedo decir que a partir de esto llegó mi éxtasis profesional”.

¿A qué se denomina violencia obstétrica?

Es la violencia que se genera a través de distintos mecanismos, la medicalización innecesaria, la intervención y patologización del parto y, la que se ejerce corporal o verbalmente sobre la mujer parturienta. Es más, puede que no haya maltrato físico evidente, pero colocan un goteo para que se acelere el proceso natural, sin reparar en que puede producir un sufrimiento cardíaco al bebé, pues porque lo importante es desocupar el lugar lo más rápido posible. O, una cesárea que no hacía falta,
porque lo único que esa mujer necesitaba era que se respetara su tiempo para finalmente dar a luz.

En ese caso ¿cuál es tu rol? 

Hacer conocer y respetar los derechos de las mujeres que están avalados por la evidencia científica, por la OMS y por la ley, ese es mi trabajo. Al personal de salud no le queda otra que desaprender
lo aprendido y volver a capacitarse. Hay una antropóloga que lo explica muy bien y clarito: vivi-
mos en una tecnocracia, la concepción es: ‘cuando accedemos a más tecnología los resultados son mejores’. Esto no siempre es así. A ello se le agrega la situación de la medicina, las obras sociales, los pocos trabajos de investigación que se han hecho en cuerpos de mujeres... Habitualmente se estudia con cuerpos masculinos. En el libro de Christiane Northrup: ‘Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer’, habla específicamente de cómo ella, en su condición de médica ginecóloga debió desaprender y aprender a conectarse desde su ser mujer y su ser médica a la hora de brindar atención de una manera holística e integral que incluye la asociación mente-cuerpo y entender que en las mujeres está mucho más presente la cuestión emocional, intuitiva, por ende es concebir la medicina desde otro paradigma.

¿A qué se denomina sabiduría femenina?

Después de leer bastante, fui armando mi propia definición, tiene que ver con el cuerpo, la esencia cíclica de las mujeres, con la energía magnética. Lo que plantea es integrar algunos arquetipos: la doncella; la madre como nutridora, paridera; la hechicera o chamana hace referencia a una mujer madura, insobornable y, a veces, estigmatizada como la puta, por último la anciana. Si en la vida diaria de una mujer se logra integrar estos arquetipos es lo óptimo, porque hay algo que se completa. Tener la capacidad de saber adónde va y decidir adónde no quiere ir. Conocer que somos energía masculina y femenina en un solo cuerpo.

Hace un tiempo dejé un trabajo en la televisión local y empecé a dar talleres de esto que hemos estado charlando hoy aquí, entonces escribí un cuento. Ahí sentí que la inspiración me excedió, de modo que Amuletos de tierra y luna lo imprimí haciendo una síntesis de todos los aspectos. Se llama Amuletos porque ese vocablo es el útero, desde donde todos venimos y con el que nacemos las mujeres, es un centro creativo, que sigue latente, aún cuando a una mujer se lo hayan extirpado. 

Es un paneo y pude cerrar esto en lo que hago referencia a todo lo cíclico que está en la Tierra, con las cuatro estaciones; en la luna con las cuatro fases, en la mujer con las cuatro fases del ciclo: pre-menstrual, menstrual, pre-ovulatoria, ovulatoria.

Florencia Mallagray es una mujer con la que la conversación es atrapante. Más aún, con ella cuanto más se intenta definir a la mujer en la integralidad de su ser, más inacabada se vuelve la temática. Critica, con sólidos argumentos, la sociedad patriarcal de la que venimos y en la que todavía vivimos, sin apelar al recurso de demonizar al varón. Para cerrar con la altura que esta bella mujer se merece utilizaremos un fragmento de una feminista española, Casilda Rodrigáñez, que Flor se encargó de transmitirnos: 

“Para parir con placer, las mujeres debemos contarle a nuestras niñas que tienen útero,  que palpita cuando se ríen, cuando bailan, cuando se divierten y que las mujeres tenemos que contarnos muchas cosas, de madres a hijas, de vientre a vientre, de mujer a mujer”. “Eso me hizo mucho ruido entonces me propuse escribir cuentos para niñas”, sostiene.

Aqui la nota scaneada:
https://drive.google.com/open?id=11j3crlj6L7hBOfj3bqJD2xhYhRVBQfwT

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